¿Por qué en España tomamos doce uvas en Nochevieja?
En España tenemos una tradición para despedir el año: comer 12 uvas al son de las 12 campanadas de Nochevieja, para despedir el año y dar la bienvenida al nuevo.
Cada uva representa un deseo para cada uno de los meses del próximo año.
Esta tradición se remonta al año 1909. Se dice que hubo una buena cosecha de uva en Alicante, y los agricultores de la comarca alicantina del Valle del Vinalopó decidieron venderla como “uvas de la suerte”, preparando paquetes de 12 uvas para simbolizar los 12 meses del año.
Sin embargo, también se han encontrado artículos en periódicos de 1894, donde se habla de “Las uvas bienhechoras” y de la misma costumbre de comer uvas al oír sonar la primera campanada de las doce. La alta burguesía española copió la costumbre francesa de celebrar fiestas privadas en Navidad en las que se bebía champán y comían uvas como acompañamiento.
El ayuntamiento de Madrid prohibió los festejos navideños por las actividades ruidosas y de algarabía de los madrileños. Y éstos, decidieron salir a la calle para hacer caso omiso al bando municipal. Reuniéndose en la actual Puerta del Sol para comer uvas, ridiculizando a la aristocracia que sí tenía permitidas sus fiestas privadas.
Las doce uvas simbolizan los doce meses del año. La uva es un fruto que se suele asociar con la buena suerte, la unión, la alegría, el placer (dios Baco) o la espiritualidad.
Denominación de Origen Uva de mesa embolsada del Vinalopó
Nos encontramos en el origen de esta tradición. La uva se produce en nuestro valle, en la comarca del Medio Vinalopó.
Las poblaciones que abarca la Denominación de Origen Protegida de la Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó son:
Aspe
Novelda
Monforte del Cid
Hondón de las Nieves
Hondón de los Frailes
Agost
La Romana
La Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó es una fruta única en el mundo por su particular proceso de maduración. A diferencia de otras uvas de mesa, la uva del Vinalopó crece protegida bajo un bolso de papel, que la protege al menos durante 60 días, y cuida y guarda con mimo todos los granos del racimo hasta llegar a manos del consumidor.
Gracias a este peculiar sistema de cultivo, la uva de mesa del Vinalopó tiene unas características físicas y gastronómicas excepcionales, que le han valido para ser la única uva embolsada merecedora de una Denominación de Origen Protegida.